martes, 28 de marzo de 2017

Regalando mi Trabajo

En incontables ocasiones he escuchado decir a personas que me rodean: “No hay Trabajo”, “En este país no se puede progresar”, “Todo esto es culpa del Gobierno”, “Es que nací pobre”. 

Sería un tonto si obviara que en alguna medida, estas frases no contienen cierto grado de verdad, y recalco, “cierto grado de verdad” ¿por qué? Sencillo… porque aunque parezca iluso, lo que determina el futuro de un hombre no es como inició, sino lo que está haciendo hoy para lograr lo que quiere mañana. 


Tengo un amigo en particular que es un experto del negativismo, sí le dices blanco él responde “negro”, sí le dices arriba te responderá “abajo”. Para protegerlo le llamaré negativo Pepe. 

En una ocasión otro amigo llamado Juan nos comentaba como estaba esforzándose para conseguir un trabajo, para lo cual había comenzado a aplicar en diversos bancos siendo uno de sus anhelos el BAC (Banco de América Central). No había terminado de hablar Juan cuando Pepe ya lo estaba interrumpiendo dándole según él un buen consejo, consejo que lejos de ser un discurso motivador, fue una palabra desánimo con negativismo puro. 

Pepe nos comentó que era una locura aplicar a estos bancos y menos al BAC, pues el número de solicitantes de trabajo era interminable y únicamente entraban los que tenían conectes (algún conocido dentro de la empresa). En fin… Juan hizo caso omiso a su consejo y prosiguió, logró entrar a la empresa y se convirtió en jefe de uno de los Departamentos del BAC y en esposo de una joven también funcionaria del lugar. 

Ha sido tanto el desánimo proveniente de mi amigo Pepe, que hasta él mismo se ha visto afectado. Siendo un año mayor que yo, Pepe no ha logrado conseguir un trabajo en su carrera y por ser tanto el tiempo de su lucha por conseguir uno, le comenté una buena idea, idea que le da el nombre a ésta Parábola. 

Oe Pepe, le dije ¿por qué no comienzas a regalar tu trabajo? Vos sos loco, me respondió. En serio le dije, por qué no comienzas a trabajar de gratis; ni que fuera Santo Claus para regalar mi trabajo, dijo Pepe. 

Brother, le dije, si nadie te contrata, solicita en diversas empresas hacer una pasantía; ¿de gratis? Respondió, sí, le dije; nunca hermano, trabajar de gratis jamás. Al ver su negativa, busqué una salida más rápida para convencerlo. Pepe, entendé, le dije, procura un trabajo tan pero tan bueno, que el día que te quieras ir, no te dejen hacerlo, pues dirán “a este elemento humano no lo podemos perder” y es cuando por fin te comenzarán a pagar. Después de esto, Pepe no quiso seguir la plática alegando que yo era iluso. 

Poco tiempo después me encontré a un Primo que es Abogado con el cual platicando me preguntó ¿por qué regalas tu trabajo? ¿Por qué regalas tus consultas, tus días libres, en fin… tu inversión de tiempo en personas que no te darán nada a cambio? 

Cuando él terminó de darme sus argumento del por qué no debería hacer lo que hago, le respondí, brother ¿sabes que por eso estás cómo estás? Y no solo vos, la mayoría de las personas; “no ¿a qué te refieres?”, bueno… usualmente la gente no tiene trabajo ni negocios propios, no porque no tenga la capacidad y conocimientos requeridos, sino porque han incrustado en sus pensamientos que jamás trabajarán de gratis. Para demostrar cuánto vales, comienza a regalar muestras de tu trabajo, tal y como hacen los supermercados que regalan muestras de productos y alimentos, para que cuando te vayan a contratar, no lo hagan porque tienes conectes o tienes ojos azules y eres chele bien parecido, sino porque tu trabajo ha hablado tan bien de vos, que las empresas tengan la necesidad de contratarte, no de llenar un puesto vacante. 

Es decir, similar a lo que enseñan en la mercadotecnia, que si no existe la costumbre de comprar un producto, tu creas la necesidad; un ejemplo sencillo son los celulares, antes no existían, no se necesitaban, pero una vez que surgieron han sido tan pero tan buenos que hoy en día es difícil encontrar personas que no tengan uno.

En fin… yo no sé vos, pero yo, yo regalo mi trabajo, en el camino he constatado que vale la pena, e incluso… como Boy Scout, estoy “siempre listo” para ayudar al prójimo, pues mi mayor gozo viene al final del día, con la satisfacción de que algo bueno hice, pues Colosenses 3:17 dice "Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo como para Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él".

Recuerda que para cosechar, primero hay que sembrar, por eso y muchas cosas más, El Agricultor me puedes llamar.

Tomado del Blog "https://misparabolas.blogspot.com/
de George Antonio Lazo Sánchez

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